A principios del año 2001, la organización no gubernamental Letra S me solicitó rediseñar el suplemento que con el mismo nombre publica cada mes en el diario La Jornada. Letra S es una publicación cuyo contenido seguía yo con gran interés y simpatía pues aborda temas de salud, sexualidad y sida, desde la perspectiva más avanzada y clara que yo conozco. En la primera entrevista, su director, Alejandro Brito, me explicó que buscaban mejorar la imagen de su suplemento y ampliar sus lectores, pues, con el tiempo, Letra S había alcanzado gran arraigo entre la población afín a sus temas en el ámbito académico y la de los activistas que trabajaban en favor del sexo seguro y la prevención, pero había otros sectores, principalmente el de los jóvenes, a los que no habían logrado llegar con la fuerza que querían. Pensaban que un rediseño ayudaría atraer a estos nuevos sectores. Al analizar posteriormente el suplemento, me di cuenta que si bien el diseño que tenía no era el mejor, el problema principal parecía estar en los contenidos y su estructura. Aunque no parecía legítimo que un diseñador tuviera algo que decir al respecto, me animé a plantearle al director que el trabajo de rediseño requeriría una investigación sobre la producción entera. Así, diseñamos una serie de cuestionarios que aplicamos a los integrantes del equipo editor, nos entrevistamos con el comité editorial e investigamos lo relacionado con los tiempos y el flujo de trabajo. La propuesta de rediseño conservó el cabezal diseñado por Luis Almeida 17 años atras, e incluyó además una serie de recomendaciones sobre estructura y el tono de los contenidos, la división y el flujo de trabajo, los responsables de tareas, la producción y los tiempos. Es necesario reconocer la gran apertura de Alejandro Brito y sus compañeros para escuchar analizar mi atrevimiento. No todo lo que propuse se hizo, gracias a un diálogo fértil con ellos, pero el rediseño funcionó solo gracias a que era parte integral de un rediseño de los procesos de producción editorial. A raíz de esta experiencia he aprendido o que vale enfocar integralmente la producción editorial y el lugar que ocupa el diseño en ese contexto. Letra S es uno de los proyectos más retadores que he tenido, me enseño mucho y estoy contento de los 8 años en que mi diseño estuvo vigente. Hoy día Letra S circula con un nuevo diseño desarrollado por otro despacho.